Los Ovnis Nazis

OVNIs Nazis y la Base Antártica


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Propiedad intelectual del investigador Jorge Palazón.


Cuando los aliados entraron en Alemania, los responsables del proyecto “Die Glocke” (La Campana Nazi), así como los artefactos, desaparecieron. El General Hans Kammler, el máximo responsable de todos los proyectos secretos desde 1944, y cabeza visible de “La Campana”, a las órdenes de Martin Bormann y del Führer, desapareció y no se supo nada más de él. El General de la SS Emil Mazuw, era el coordinador y responsable directo del proyecto, desapareció y no se supo nada más de él. El Almirante Rhein, responsable de la Investigación, Desarrollo y Patentes, desapareció y no se supo nada más de él. La Dra. Elisabeth Adler, matemática de la Universidad de Königsberg, participó en el proyecto como experta en matemáticas no convencionales. Desapareció y no se supo nada más de ella. La médium María Orsic también desapareció. ¿Utilizaron “La Campana”, para escapar de las fuerzas aliadas?

El Tercer Reich poseía tecnología muy avanzada, de eso no hay duda. Un país, Alemania, puso en jaque a todo un planeta, con un poder armamentístico muy superior a los aliados. Pero no sólo los nazis poseían armas más destructivas que los demás países, sino que poseían información privilegiada de cómo viajar en el tiempo, de vórtices, agujeros de gusano, vida en otros rincones del Universo… y viajaron hasta la Antártida para crear una base.



El Proyecto Die Glocke



Los nazis estaban convencidos de pertenecer a una raza de elegidos, por eso invirtieron tantos recursos y tiempo en buscar esa genealogía que corroborara su teoría. Muchos miembros de alto rango del régimen nazi, incluyendo a Hitler, Heinrich Himmler y Rudolf Hess, mantuvieron creencias ocultistas. El primer elemento de las creencias ocultistas nazis provenía de la tierra mítica de Hiperbórea-Thule. Los mitos de la antigüedad hablan de una antigua tierra mágica que explica el origen de la humanidad y de la antigua civilización de la Hiperbórea, patria original de los arios.

Diodoro de Sicilia decía que Ferécides de Siros, que vivió hacia el 544 a.C., era descendiente de los hiperbóreos, y fue el maestro que inició a Pitágoras en los misterios y en las matemáticas. Algunos de los hiperbóreos que sobrevivieron se establecieron en Islandia (Thule, en aquella época) y en otras islas más pequeñas, y al parecer consiguieron adaptarse a la glaciación del período cuaternario. Estos hiperbóreos mantuvieron relaciones con los pueblos de la antigüedad, ya que Thule, la “isla de Saturno”, era conocida por los fenicios, cartagineses, griegos y romanos.
Y los nazis creían ser los descendientes puros de los hiperbóreos, y legítimos herederos de Hiperbórea, y durante su reinado, buscaron pruebas, y encontraron esa tierra aria, en suelo antártico. Allí consiguieron levantar una base, y trasladaron grandes recursos al continente helado. Todo lo que allí se gestó es un gran misterio.

En 1947, una expedición emprendida por el almirante Richard Byrd (importante explorador y aviador estadounidense, especialmente conocido por sus audaces vuelos sobre la Antártida, que permitieron conocer mejor la configuración geográfica del continente helado), llegó a la Antártida, financiado por la armada de los EE.UU. Era la Operación Highjump. Un portaviones con 12 aviones, 1 submarino, 20 helicópteros y 5.000 personas a bordo, conformaban la lista de pasajeros, una tripulación y un equipamiento algo extraño para una expedición científica.



La Operación Highjump



Oficialmente, la Operación Highjump eran simples maniobras que tenían por objeto “probar equipos militares y tropa en condiciones antárticas“. Si el propósito declarado de la operación era el del entrenamiento de personal y puesta a prueba de equipos militares en condiciones extremas, ¿por qué era necesario enviar tantos barcos, unidades y soldados y por qué se prohibió la presencia a observadores extranjeros?

Esta expedición era militar como aseguró el Almirante Byrd en diciembre de 1946. Un mes después, hubo un reconocimiento aéreo completo y se empezó a topografiar la región antártica de Queen Maud Land. Esta expedición era para seis meses y sólo duró dos meses. Fue una huída rápida de la zona. Perdieron un destructor, sus aviones y cientos de tripulantes. Más tarde, ante la Comisión de Investigación, Byrd dijo: “América puede ser atacada por un enemigo que tenga la habilidad de volar de polo a polo a increíble velocidad”.

La Antártida fue descubierta en 1820 por dos exploradores rusos, Gelenkschmerzen y Lazarev. Su clima hacía imposible su exploración hasta que no pasó un siglo. Sólo las líneas de costa se reflejaron en los mapas. A finales de los años 30 se organizaron expediciones de investigación justo antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial. En enero de 1939, dos aviones, el “Passat” y el “Boreas”, despegaron de la cubierta del “Schwabenland”, recorriendo Queen Maud Land. Tras tres semanas de reconocimiento, llamaron a esa zona “Nueva Suabia”.
El capitán Alfred Ritscher, dijo en abril de 1939: “he cumplido las órdenes del Teniente General Goering, cada 25 km arrojábamos banderines cubriendo un área de 600.000 km2, de los cuales 350.000 km2 fueron fotografiados”. Esta misión pasó después a manos del almirante Karl Dönitz quien dijo: “La flota de submarinos germanos está orgullosamente en el otro extremo del mundo, hemos hecho una inexpugnable ciudadela para nuestro führer”.



La Base de la Antártida



Se ha encontrado un enorme lago subterráneo a un km bajo el hielo (lago Vostok). Su temperatura era de 18ºC. Sobre la superficie del agua hay cúpulas abovedadas que contienen aire caliente, donde fluye de forma constante un río de agua caliente hacia el océano. Esta agua caliente ha formado largos túneles subterráneos perfectos para la construcción de bases secretas. Una base sólo accesible en submarino, inmune a tormentas y al frío polar, oculta del exterior y fuera del alcance enemigo.

La Antártida era uno de los mejores lugares para poder establecer bases con fines científicos o militares, lejos del alcance enemigo y del cuarto poder. Los nazis se interesaron por esta zona, y Hitler creía firmemente que en ella existía una de las entradas de la Tierra Hueca. Por este motivo, los nazis levantaron allí una base.

El nombre secreto de esta base era “Base 211”. A principios de 1939, barcos regulares abrían el trayecto entre Alemania y la Antártida, en un buque llamado “Suabia”. A bordo, iba equipamiento de construcción minera, vías de tren, camiones y máquinas para construir y crear túneles. También llegaron científicos, ingenieros y trabajadores cualificados. Se dice que buscaban controlar los mares del sur o que estaban interesados en el uranio, esencial para la creación de armas de poder destructivo.
Los planes del Tercer Reich y las actividades de la Kriegsmarine (Marina de Guerra Alemana), respecto del territorio antártico iban mucho más lejos. Los alemanes reclamaron la soberanía sobre un enorme territorio antártico al que denominaron “Neuschwabenland” (Nueva Suabia). En éste territorio construyeron varias bases permanentes, siendo la principal la denominada como “Neuberlin” (Nuevo Berlín).



La Guerra que Nunca Existió



El Almirante Dönitz, que estaba al mando de la flota de submarinos del Tercer Reich, había declarado durante la guerra lleno de orgullo: “La flota alemana de submarinos está orgullosa de haber construido para el Führer, en otra parte del mundo, un Shangri-La, una fortaleza inexpugnable”.
En 1942 comenzó el traslado de los futuros pobladores de Nueva Suabia. Cuando los EE.UU. reclutaron muchos científicos cualificados alemanes como Von Braun, muchos habían desaparecido, pero no aparecieron como fallecidos, al igual que 100 submarinos que jamás se encontraron.
Para el Reich, Neuschwabenland, le era de suma importancia, tanto como para destinarle recursos que necesitaba en la guerra que libraba.

El número de la revista “The Plain Truth” de junio de 1952, titulaba «¡Hitler puede estar vivo!». El artículo revelaba que en 1940, el Reich Alemán comenzó a trasladar un ingente número de maquinaria al Polo Sur con el objetivo de construir en un continente desconocido una estación secreta, un nuevo Berchtesgaden para el Führer.
El informe continuaba explicando cómo los técnicos vaciaban un monte entero en la Antártica para construir un nuevo refugio completamente camuflado, en un continente más grande que Europa, a 9.000 Km. de África, 3.000 Km. de la Tierra de Fuego en Sudamérica y 7.000 Km. de Australia. La revista “Bonjour” y el parisino “Le Monde”, tenían artículos sobre la huida de Hitler al Polo Sur. El almirante Doenitz declaraba en 1943: “La flota de submarinos habrá amarrado en algún punto del Polo, en algún lugar paradisíaco”.

Aunque no decía dónde, “Bonjour” señalaba que en 1940, ingenieros nazis habían comenzado la construcción de edificios capaces de soportar temperaturas de -60ºC. Sólo en la gigantesca instalación Jonastal S III, trabajaban y malvivían más de 30.000 obreros en una ciudad subterránea de 25 km de longitud. Más tarde, los rusos ocuparían esas ciudades subterráneas, ubicadas precisamente sobre los ricos yacimientos de uranio del sudeste de Alemania, creando en 1946 la compañía rusa Wismut, que durante los 40 años siguientes legaría a fabricar más de 200.000 kilos de uranio enriquecido U235, destinados a equipar el arsenal soviético de bombas atómicas.



Primer Prototipo de Aeronave Triangular



A finales de 1946, Richard Byrd recibió la orden de destruir la base antártica. Pero al intentar llevar a cabo la orden, Byrd informó a Washington sobre aviones de combate con increíbles capacidades, y que fueron atacados por extraños platillos volantes que emergían del agua a gran velocidad. El 26 de febrero de 1947 tuvo lugar una batalla que fue descrita por el piloto John Sireson: “Salían del agua verticalmente, pasaban tan cerca de los mástiles de los barcos y a tal velocidad, que la fuerza partía las antenas de radio. Dos soldados del “Casablanca”, fueron aniquilados por un rayo misterioso y se volvió a sumergir. Yo estaba en la cubierta del “Casablanca” y lo vi con mis propios ojos. Ese objeto era silencioso, como si flotara entre los barcos, una bestia satánica escupiendo fuego mortífero. Vi al destructor “Murdoch”, que estaba a unos 120 pies, estalló en llamas y se empezó a hundir”.

Después de la guerra, fueron descubiertos archivos secretos nazis con fotos y diseños, desarrollando naves en forma de disco. La Sociedad Ahnenerbe, la más misteriosa del Tercer Reich, era una estructura dedicada al ocultismo y misticismo con apoyo estatal. Esta sociedad se fundó en 1935, y estaba destinada a explorar las raíces históricas de la nación germana. Ahnenerbe significa “legado de los ancestros”, y su inquietud iba mucho más allá del estudio de la historia de los antiguos germanos. Adoptaron el concepto de la “superioridad cualitativa”, basado en que se puede ganar una guerra con un número cuantitativamente reducido de fuerzas, siempre que se utilicen fuerzas de alta calidad. Para ello, se proveían de conocimientos ocultos, no tradicionales y paranormales, para progresar y controlar áreas que los enemigos desconocían y no pudieran competir.

Se ha señalado que Hitler perteneció a la Sociedad Thule cuando era cabo en 1920. Esta era una sociedad teosófica alemana relacionada directamente con la Sociedad Vril o Logia Luminosa e indirectamente con la inglesa Golden Dawn. A la Sociedad Thule pertenecían Alfred Rosenberg, Dietrich Eckardt, Rudolf Hess y Karl Haushoffer. Este último aseguraba que el origen del pueblo alemán se hallaba en Asia central, la raza indo germánica.



Colección de Estampillas Insólitas



El coronel de la SS Wolfram Siervers, fue el administrador de la Sociedad de investigación de la herencia de los antepasados, la Ahnenerbe, que se creó en 1933. Había sido fundada a título privado por su maestro espiritual Frederich Hielscher, amigo del explorador sueco Suen Hedin, el cual había vivido largo tiempo en el Tibet y desempeñó un importante papel de intermediario en el establecimiento de las doctrinas esotéricas nazis.

Los nazis estaban convencidos que en el pasado fueron una civilización poderosa, con acceso a los secretos del Universo, y ese conocimiento fue preservado y encriptado. Los científicos veían la Antártida como el hogar nativo de la raza aria, por lo tanto, los nazis eran los legítimos herederos de ese conocimiento tecnológico atlante. La leyenda dice que había barcos gigantes y naves voladoras conducidas por una fuerza desconocida.

La Sociedad Thule (predecesores de la Ahnenerbe), se reunió en diciembre de 1919 cerca de los Alpes, en una granja cerca de Berschtesgadden (la residencia de Hitler), donde había dos mediums. Uno de ellos era conocido como “Sigrun“, y la otra medium era María Orsic de Zagreb.
En 2010, la revista alemana “PM” publicó un reportaje sobre la aparente construcción de naves espaciales nazis gracias a su comunicación con seres alienígenas. Dicha investigación causó bastante revuelo internacional dado que era la primera vez que esta historia era analizada a fondo y en serio. Sin embargo, ¿cómo se gestó este supuesto intercambio de información entre los seguidores de Hitler y entidades de las estrellas?



Utopía de la Ocupación en la Antártida



La médium era María Orsic, una profesora de ballet austriaca, que ya desde temprana edad manifestaba su apoyo al movimiento político que quería la unión de todas los pueblos de origen germánico. Apenas se mudó a Alemania en 1919, se integró a la sociedad secreta “Thule”, la cual se caracterizaba por su aprecio a lo oculto y esotérico. Allí se hizo amiga de otras jóvenes que poseían los mismos poderes que ella, y juntas se salieron de la Thule para formar otro grupo llamado “Alldeutshe Gesselschaft für Metaphisik” (Sociedad Pangermánica para la Metafísica) y que popularmente se conoció como “Vril”.

María Orsic mantenía una estrecha relación con uno de los mayores genios de la historia, Nikola Tesla. Estaban relacionados en la construcción de una máquina voladora anti-gravitatoria y por contactos con extraterrestres.
En la Alemania Nazi hubo dos líneas diferenciadas en la construcción de OVNIS: 1.- científicos alemanes y austriacos trabajando en sistemas de propulsión basados en datos científicos ya fueran tradicionales o de vanguardia, que pronto pasaron al control de las SS y 2.- el proyecto de María Orsic y el Dr. Otto Schumann basado en datos técnicos ofrecidos por extraterrestres.

María Orsic recibía datos técnicos en lengua sumeria de unos seres que decían ser mensajeros del planeta Ashtari / Aldebarán (Constelación de Tauro). Nikola Tesla tenía información sobre extraterrestres que anotaba en sánscrito en su libro de notas, y decía que dos razas alienígenas estaban en guerra, motivo por el que manifestó públicamente su preocupación por el destino de la humanidad, razón por la que inventó el “Rayo de la muerte” que podría destruir naves alienígenas.
El 20 de julio de 1931, Nikola Tesla hizo la siguiente declaración a la revista “Time Magazine”: “Yo he concebido un modo que hará posible que los humanos transmitan energía en grandes cantidades, miles de caballos de potencia, de un planeta a otro, sin consideración de la distancia“.



Platillo Volador de Nikola Tesla



Contactaron a través de María Orsic y apareció una voz inquietante que se autoidentificó como “Sumi, habitantes de un mundo lejano que orbita alrededor de la estrella Aldebarán en la constelación que vosotros llamáis Tauro”. Los Sumi eran una raza humanoide que habría colonizado la tierra 500 millones de años atrás. Las ruinas de Larsa, Shurrupak y Nippur en Iraq habrían sido construidas por ellos. Aquellos que sobrevivieron a la gran inundación de Ut-napishtim se habrían convertido en los ancestros de la raza aria. Sebottendorf, escéptico ante dicha información reclamó pruebas. Mientras María seguía en trance, garabateó una serie de líneas en las que podían verse algunos caracteres sumerios.

En diciembre de 1943, María asistió junto con Sigrun a un encuentro organizado por la Sociedad Vril a la orilla del mar en Kolberg. El principal objetivo de dicho encuentro era debatir el “Proyecto Aldebarán”. Las médiums de la Sociedad Vril habrían recibido información telepática sobre planetas habitables alrededor de Aldebarán y planeaban viajar hasta allí.

Dicho proyecto se discutió el 22 de enero de 1944 en un encuentro entre Hitler, Himmler, el Dr. W. Schumann (científico y profesor en la Universidad Técnica de Munich) y Kunkel (Sociedad del Vril). Se decidió que un prototipo de Vril 7 “Jäger” (cazador en alemán) sería enviado a través de un supuesto canal dimensional ajeno a la velocidad de la luz en dirección Aldebarán. De acuerdo con el escritor N. Ratthofer, el primer test de vuelvo en dicho canal dimensional tuvo lugar a finales de 1944. El test casi acabó en una desgracia porque tras el vuelo, el Vril 7 parecía como si hubiera estado volando durante cientos de años, y no solo por su aspecto sino porque además presentaba daños en multitud de sus componentes. Parece que los nazis eran portadores del secreto de viajes en el espacio-tiempo.



El Proyecto Vril



En marzo de 1945, María Orsic habría recibido comunicación de sus mensajeros prediciendo la derrota nazi antes del fin de ese año. Dio cuenta de ello a varios amigos, algunos de ellos fueron los hermanos Horten (Walter y Reimar). El jueves 15 de marzo de 1945, María Orsic se reunió con el Dr. Schumann por última vez, éste le entregó un paquete con todos los documentos y planos de los ovnis alemanes y se despidieron. Tres días después, María y su grupo Vril fueron a los hangares de Munich para tomar posesión de uno de los platillos y salieron con rumbo desconocido. Nunca fueron encontrados.

A María Orsic se la pierde el rastro definitivamente cuando un documento interno de la Sociedad Vril fue enviado a todos sus miembros. Era una carta escrita por Maria Orsic, que terminaba diciendo: “niemand bleibt hier” (no hay nadie aquí). Esta sería la última comunicación enviada por la Sociedad Vril y desde entonces, nadie volvió a saber nada sobre Maria Orsic ni ningún otro de sus miembros. Muchos creen que huyeron a Aldebarán.

Los nazis tuvieron acceso a información tecnológica demasiado avanzada, que poseían naves extraterrestres, y utilizaron la ingeniería inversa para descubrir cómo funcionaban, tarea que se le encomendó al inventor Viktor Schauberger. Los progresos nazis les llevaron a construir un prototipo llamado Haunebu.
Se crearon diseños de aviones avanzados, como el de Viktor Schauberger. Este conocimiento canalizado, pasó a los científicos para traducirlo a técnicas tangibles por los ingenieros. En 1922, el primer modelo ya había sido construido. El artefacto tenía tres discos paralelos. Cuando estaban en movimiento, los discos superior e inferior rotaban en direcciones opuestas, creando un campo magnético muy fuerte con efecto antigravitatorio, pudiendo deformar la estructura del tiempo.



La Aeronave Vril I



En julio de 1934, las sociedades Thule y Vril, invitaron a Viktor Schauberger a colaborar con ellos, quien creó una máquina de implosión capaz de producir luz, calor y movimiento mecánico con tan solo aire y agua. En 1.939, un prototipo del disco Vril se elevó en el aire. Para desarrollar el super disco, se trajo el “Sonder Bureau 13″ (Sonderbehandlung). Científicos de la SS se ocuparon del estudio de OVNIs. Valery Burdakov habló con el profesor alemán Hermann Oberth (profesor de Von Braun).

A finales de 1942, lograron hacer volar un disco llamado “Vril 1″ o “Jäger“, con un diámetro de 11,5 metros. Antes del fin de la guerra, se fabricaron 17 tipos de discos voladores. Durante la Batalla de Kursk, se vio un enorme disco en el cielo. Ese platillo fue identificado como el “Haunebu” que usaba una fuente de energía alternativa, que no requería combustible fósil, la llamada “conversos de Hans Kohler“. Incluso fue previsto el “Haunebu III” para que volara al Espacio.

Había documentos de un proyecto para la construcción de una nave de 139 metros con forma de cigarro llamado “Andromeda-Gerät” (“aparato Andrómeda” era una nave nodriza), con hangares para cinco discos voladores del tipo “Haunebu II” y “Vril”. Se cree que era un proyecto para un contenedor subterráneo de agua, que se usaría para transportar mercancía, equipamiento tecnológico, bases secretas del Tercer Reich, incluyendo la Antártida.



La Aeronave Haunebu III



Al final de la guerra, existían nueve proyectos de investigación, desarrollo y pruebas de discos voladores. Existían nueve fábricas, de las cuales una fue destruida. Uno de los artefactos fue transportado a Nueva Suabia. Otros fueron al Amazonas y otro a la costa norte de Noruega, evacuados a instalaciones secretas. Uno de los prototipos más avanzados era el disco volador “Bellonzo“, probado por primera y última vez el 14 de febrero de 1945 cerca de Praga.

Este disco, alcanzó una altura de 15 km en tres minutos, con una velocidad horizontal de 2.200 km/h. Podía permanecer suspendido en el aire, volar hacia adelante y hacia atrás sin tener que girar. Los prototipos no convencionales que no se pudieron evacuar, fueron destruidos. Viktor Schauberger dijo: “El modelo fue probado en febrero de 1945, fue construido en colaboración con expertos de todo el mundo en motores de combustión, en el campo de concentración de Mauthausen. Fue Keitel quien pilotó la nave experimental”.

El 9 de diciembre de 1965, un objeto volante desconocido, con forma de campana, se estrelló en las proximidades de la localidad estadounidense de Kecksburg, en Pensilvania. Este suceso es conocido como el caso de Kecksburg. El artefacto tenía inscripciones extrañas, al igual que la campana nazi, y fue recuperado rápidamente por las fuerzas militares. Muchos testigos vieron el extraño suceso.
Todo hace pensar que el OVNI de Kecksburg era el resultado del desarrollo del proyecto de la campana nazi (Die Glocke).

El proyecto ultrasecreto de “Die Glocke”, la Campana Nazi, estaba bajo el mando del misterioso General de las SS Hans Kammler. Era en la región montañosa de la frontera checa, entre los Sudetes y la Baja Silesia, y junto a la aldea de Ludwigsdorf, donde se encontraba una mina en la que los nazis desarrollaban el modelo revolucionario antigravitacional.
En un valle, a las afueras de la ciudad de Ludwikowice (Polonia), se alza una estructura circular extraña, conocida como “trampilla de vuelo“ o “el anillo de pruebas“, la cual tenía 30 m de diámetro, 7 m de altura y 10 columnas de 1,40 cm de grosor.



El Caso OVNI de Kecksburg



Esta aeronave, con forma de campana, utilizaba un sistema de propulsión electromagnético. Las cadenas que sujetan el artefacto, iban enganchadas a la estructura circular. La Campana tenía 2 cilindros giratorios que contenían una sustancia parecida al mercurio, llamada xerum 525, y cuando giraban en sentido contrario, desprendían un brillo de color violeta. El exterior del artefacto estaba forrado con material de cerámica. Cuando se ponía en funcionamiento, los dos tambores rotatorios giraban contrariamente y el objeto se elevaba como los antiguos vimanas. El artefacto despedía unas radiaciones, que llegaron a afectar a los científicos del proyecto.

El experimento siempre tuvo lugar bajo una gruesa cubierta de cerámica y envuelto en dos cilindros que giraban rápidamente en direcciones opuestas. Otras sustancias, incluidos los peróxidos de torio y berilio, recibían el nombre en código de “Leichmetall” (metal liviano).
Cada ensayo duraba aproximadamente un minuto. Durante este período, mientras La Campana emitía su pálido brillo azul, el personal permanecía a unos ciento cincuenta a doscientos metros de la misma. Todo equipo eléctrico que estuviera dentro de ese radio habitualmente haría cortocircuito o se estropearía. Después, la sala era empapada hasta por cuarenta y cinco minutos con un líquido que parecía ser salmuera (agua con una alta concentración de sal disuelta). Los hombres que llevaban a cabo esta tarea eran prisioneros del campo de concentración de Gross-Rosen.

Cuando el ejército soviético estaba llegando a la aldea de Ludwigsdorf, hoy llamada Ludwikowice, el oficial de las Waffen SS, Karl Sporrenberg, por orden directa de Hitler, llevó a cabo la ejecución de 62 científicos nazis que trabajaban en el proyecto Die Glocke, hechos por los cuales fue juzgado en los tribunales como criminal de guerra. Según Sporrenberg, el prototipo secreto habría sido trasladado a una zona de seguridad en Noruega.



La Operación Paperclip



De hecho, la hipótesis más probable de todas es que tanto Hans Kammler como la Campana Nazi, acabaron en las bases secretas del gobierno estadounidense, protegidos con el máximo secreto, dentro de la “Operación Paperclip“. ¿Cómo pudo Hans Kammler aparecer 20 años después? ¿Dónde estuvo?
La Campana Nazi era un proyecto secreto que había sido desarrollado con los nombres de Kronos (tiempo) y Lanterntrager (portador de luz), figurando en los documentos secretos extrañas referencias a una “Puerta del Tiempo“. La Campana Nazi, era una máquina del tiempo, que podía ser el arma definitiva para cambiar el curso de la guerra y de la historia.

Artículo Original publicado en "Lo Verdadero No es Siempre lo más Verosímil" (2014), España.


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